Luego de las elecciones regionales y el triunfo de la oposición en la histórica herradura independentista, con la diferencia, que no esta incluido Trujillo sino Táchira,podrían levantarse voces nuevamente por parte de algunos políticos, con sed de protagonismo de una independencia otras veces esgrimidas por otros actores de la política, con unos guiones que el pueblo no les dio.
Con el desconocimiento de resultados electorales dictados por el CNE, algunos sectores de la oposición "democrática"de Venezuela han comenzado a llamar a la protesta,y porque no, mas adelante arrimarse a la moda catalana (mas allá que tengan su razón,los catalanes claro) de empezar a enarbolar la causa de la "zulianidad".
Quizás se observen nuevamente a "patriotas zulianos" expresándose en vallas de publicidad, camisetas estampadas con mapas que presentan a la "república independiente", artículos de prensa, páginas web y confusas declaraciones de académicos escogidos que manipulen la historia de la subregión,como lo han hecho en otras ocasiones.
En 2005, la directora de Ciencias Políticas de la Universidad del Zulia, Lucrecia Morales, exhortó a deslindar el estado del país y hacerlo por la vía de la "emancipación definitiva".
El separatismo zuliano debe ser tomado en serio. Antecedentes no faltan: en 1928 el financista estadunidense William Buckley promovió un complot aceitero para separar el Zulia; en 1916, el gobernador Venancio Pérez Soto derrotó una intentona secesionista promovida por las compañías petroleras de Estados Unidos; en 1869, tras desconocer al presidente José Ruperto Monagas, el gobernador Venancio Pulgar fue derrotado y acabó refugiándose en un navío británico que "por casualidad" observaba el alzamiento.
La eventual independencia política del Zulia causaría una crisis de alcances impredecibles, guerra civil incluida. ¿Cuántos gobiernos de América Latina estarían dispuestos a apoyar esta aventura separatista?
Ninguno. Bueno, en principio...